21 febrero 2013
SAN FRANCISCO DE GREGORIO FERNÁNDEZ. ARÉVALO

En la iglesia de Santo Domingo de Silos en Arévalo (Ávila), se encuentra este talla (1625-1630) del maestro.
A sus rasgos característicos (interés por las texturas, sus habituales pliegues duros de origen flamenco en su saya, rasgos afilados, impecable policromía, la monumentalidad con la que trata la figura humana…) se une la expresión concentrada, con los ojos entrecerrados, con la que intenta representar de forma sumamente novedosa la idea de la vida interior, uno de los leif motiv de la mentalidad barroca, tal y como De la Flor desarrolla en sus magníficos ensayos.
Una reconcentración que huye de las pompas del mundo (como las gafas rayadas que, nos comenta De la Flor, usaban algunos jesuitas para huir de la mentira de la realidad) para llegar a lo divino. Una mirada de desengaño que no quiere ver la crisis de la realidad y se refugia en el interior
Vicente Camarasa
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