Seguidor de Cascals a través de su esclavo colaborador Jordi de Deu, Pere Johans es un escultor sumamente irregular cuya obra cumbre son estas escenas del banco del retablo de la Catedral de Tarragona.
Dedicadas a Santa Tecla y realizadas en alabastro fueron encargadas por Dalmau de mur, siendo terminadas a en final del tercer cuarto del XV.
Todo nos remite a una interpretación sumamente personal del estilo internacional al que llega a un altísimo grado de abstracción gracias a sus composiciones abigarradas y curvilíneas en donde la santa se somete a todo tipo de castigos sin que ellos descompongan la composición de elegantes fórmulas en donde los cuerpos son tratados como si de ondas fueran.
El resto del retablo pasó en gran parte a manos de su taller, debido al llamamiento de su comitente (el citado Mur) para trabajar en la Seo de Zaragoza, resistiéndose de ello
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