Al final de la calle Colegios (Alcalá de Henares) se encuentra esta diminuta iglesia en la que campea un reloj de sol con la advertencia: «Homo velut umbra fugit»
Su entrada se realiza a través de un zaguán, pues la edificación (igual que ocurre con Antezana, al que tantos paralelismos jesuitas le unen) es paralela a la calle, realizada con aparejo toledano
Se trata de una estrecha nave que se resuelve con bóveda de cañón con lunetos, apoyada (ficticiamente) sobre ménsulas pareadas.
Antes del presbiterio se abre una cúpula encamonada y tras ella se encuentra la magnífica talla de Cristo de la que ya hablamos aquí.
La historia de la ermita es larga, y existen ya tradiciones que la sitúan en el siglo XIII, con un Cristo crucificado que ya no conservamos.
En el siglo XVI, el licencado Juan López de Úbeda estabeció en ella un pequeño seminario por el ¿pasaron? San Juan de la Cruz o San Ignacio de Loyola, iniciándose en su parte trasera las primeras reuniones educativas de la Orden de los Jesuitas.
En 1661 se funda la ermita de la cofradía de Cristo de los Doctrinos (remodelada ea principios del XVIII) con veneración de la actual talla, también obra de un jesuita, Domingo Beltrán
DE TURISMO POR ALCALÁ
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