Convento de Capuchinos (Sevilla) en donde verá la luz la nueva advocación
Aunque existieran referencias anteriores a María como pastora ( Juan el Geometra, San Juan de Dios, San Pedro de Alcántara, María Jsús de Ágreda…) la verdadera invención de esta iconografía la creará el sacerdote capuchino fray Isidoro de Sevilla, que dará instrucciones precisas a Miguel de Tovar para su creación
Óleo de Tovar realizado bajo sus instrucciones
“Píntase pues este prodigio de la gracia, esta Imagen milagrosa, con la mayor hermosura, que el pincel le puede dar, en un monte, o valle, entre árboles, y plantas, sitio propio de los Pastores, sentada en una peña, rodeada toda de Ovejitas, que a cada una tiene en la boca una Rosa hermosísima: y es significación de las Ave Marías, que le ofrecen, quando su Santísima Corona o se la rezan, o se la cantan: y en su correspondencia tiene la Imagen en la izquierda mano también una rosa, dando a entender, que va recibiendo las que sus Ovejitas le ofrecen. La mano derecha la tiene puesta con gran cariño sobre la cabeza de un Cordero, que representa a su Santísimo Hijo, Cordero, que vio San Juan en su Apocalypsi, a quien seguían muchos otros. El trage, que viste esta portentosa Imagen, es una túnica talar, ceñida por la cintura, y sobre ella un pellico, que cubriendo el pecho, y la espalda, como los Pastores lo visten, baxa un poco de la cintura (…)
Esta es la Imagen verdadera de MARIA Santísima como Pastora, que fundándose en la Sagrada Escriptura, y en la authoridad de muchos Santos Padres, sacó a luz la afectuosa devoción de los Capuchinos de Andalucía el año de 1703. Y es la primera, que con este referido místico trage se ha pintado en el Mundo, y ya en casi todo el Orbe se venera introducida. Y esta aprobada por N. Santísimo Padre Clemente Undécimo, cuya Beatitud ha concedido a su Hermandad, las Indulgencias, que se conceden a las Hermandades más célebres del Orbe
Teulada
Posiblemente su primera expresión escultórica la realizara Ruiz Gijón para Santa Marina, así como otras, como la de Cantillana.
Tomado de wikipedia
Esta iconografía dieciochesca tuvo, desde el principio, un éxito extraordinario que habría que explicar por su perfecta adecuación al espíritu e ideología del momento.
Enmarcada en el gusto rococó que se desarrolla en el siglo, todos sus aditamentos son perfectos para la representación de lo exquisito y delicado
Montes de Oca. Iglesia de San Antonio de Padua
El pelo natural, los pendientes, la elegante pamela cuajada de flores o las ricas (y vivas) vestiduras están en perfecta conexión con el nuevo gusto rococó que se acerca a lo aristocrático que perfectamente podríamos comparar con los cartones de Goya, las nobles francesas de Watteau , Fragonard o Boucher o con la representación de los Niños (y sus características ovejitas) que practicara ya Murillo (avanzando esta estética en pleno siglo XVII).
Un refinamiento cortesano que pasa al ámbito de lo religioso (como es habitual en este siglo, cada vez más laico) y se presenta al pueblo como una gran dama que a la vez es bella y cercana.
Gabriel de Astorga. Divina Pastora. Triana
Aún más, casi habría de hablar de iconografías profanas clásicas (como Flora) que hablan del resurgir de la primavera, algo perfectamente comprensible para el espíritu andaluz en donde muerte y vida se unen constantemente y se celebra la muerte con una intensidad que, pocos días después, se convertirá en bailes (aunque recordemos que, propiamente, la Feria aparecerá a mediados del siglo XIX).
Divina Pastora Santa Marina. Ruiz Gijón
Y sobre este esquema que, en el fondo, le hablaba al pueblo de verdades que ha mucho tiempo conocían, se encuentra la nueva valoración que hace el siglo de la Naturaleza como lugar idílico que tanto puede servirle a una reina (Maria Antonieta) para realizar fiestas como a un filósofo (Rousseau) para meditar sobre el orden político.
Un paisaje pintoresco , sin tragedia que, llegando a lo meridional, explota como una primavera eterna
Divina Pastora de Capuchinos
De esta manera belleza y Naturaleza se unen y se ofrecen al pueblo llano en imágenes que generan adhesión a través de su belleza idealizada, el culto a la Primavera como un estado de ánimo y la riqueza que convierte a la Virgen a una princesa que habita una verdadera Arcadia feliz
Divina Pastora coronada por la Trinidad en el paso de palio de los Gitanos
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