PEDRO ROLDÁN. CRISTO ATADO A LA COLUMNA

Obra de madurez (paralela a los trabajos en la Caridad), la obra tiene una gran fuerza tanto en el gesto del rostro como en la arriesgada composición en diagonal que se lanza literalmente sobre el espectador, al colocar la columna en la parte trasera (acaso idea tomada del grabado de Cornelio Schut).

Mientras el trabajo del rostro es moroso, para la anatomía el maestro busca una expresión mucho más expresionista a través de sus característicos modelados de duras aristas, rematando el conjunto con un paño de pureza sumamente movido para los cánones del maestro.

Iglesia de Santiago. Lucena

FOTOGALERÍA ENLAZADA DEL ESCULTOR