Atribuida (con muchas dudas, en mi opinión) a la escuela de Salzillo en el XVIII
Es sumamente particular su hábito carmelita que hablaría más de un encargo más local, vinculado con el pasado teresiano de la villa
La divina Pastora fue encargada para el convento de los Padres Carmelitas de Pastrana y respeta las tradiciones iconográficas pero con una talla mucho menos dulce y exquisita de los modelos andaluces.
También sorprende la contaminación iconográfica de la Inmaculada, con ese curioso demonio al que tiene capturado bajo su pie.
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