
En las mismas puertas del desierto y utilizando un antiguo castro romano, se instaló en esta zona una ciudad sagrada con más de 16 iglesias y santones estilitas.
Ahora es un enorme campo de ruinas que poco a poco se está reconstruyendo encontrando un tesoro de magníficos mosaicos bajo los sillares.

Este ciudad sagrada en el siglo V hay que ponerla en relación con la popularidad que alcanzaron estos santos ermitaños del desierto que emprendían las más pintorescas mortificaciones.
Entre ellas destacó el recogimiento extremo del mundo subiendo a un columna (santos estilistas), siguiendo el ejemplo más importante de ellos, San Simeón el Estilita a principios del V que ya estudiamos aquí.

Todavía se conserva una de las torres (debieron existir varias) con alguna de sus dependencias anejas en donde subió para no bajar el santón.
Estos ejemplos extremos de santidad y las numerosas iglesias y monasterios serían los focos de atención de los numerosos peregrinos.

AQUÍ VEREMOS LOS PRINCIPALES MOSAICOS
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