La Virgen de la Oliva es la patrona de Valdilecha, un pequeño pueblo al sureste de Madrid. Su nombre viene de una historia que cuenta que mientras iba un pastor por el campo, se le apareció la imagen de una virgen, fue a avisar al pueblo para que lo vieran, y allí le construyeron una ermita para hacerla culto e ir a rezarla. La primera imagen de la virgen fue quemada durante la Guerra Civil, pero después semejándose bastante a la primera se reconstruyó otra imagen de la Virgen de la Oliva que es la que está actualmente el la ermita de Valdilecha.

Las fiestas en su honor tienen fecha en septiembre, donde se hacen diversas celebraciones, pero las más importantes son el día 7, víspera de la fiesta, donde se produce la procesión de la virgen. Sale en la carroza de la ermita, donde se encuentra durante todo el año, y va por las calles del pueblo hasta la plaza acompañando la procesión de una banda musical, y las hermandades, hasta llegar a la Iglesia donde se queda hasta el día siguiente. Hay mucha gente que durante el año le pide a la virgen y en la procesión, como se hace en muchas otras, van en penitencia descalzos. Cuando llegan las doce de la noche y ya es 8 se pueden ver los fuegos artificiales que anuncian la gran fiesta, la tarde del 8 se produce la segunda procesión, la Virgen de la Oliva sale de la iglesia, recorriendo de nuevo las calles de Valdilecha para volver a la ermita, donde antes de entrar se da una misa. Hay una gran diferencia entre las dos procesiones, la de salida con la alegría de sacar a la virgen en procesión tras esperar un año, y la de la vuelta con tristeza de que la virgen vuelva a estar otro año en la ermita, y el final de las fiestas.
Virgen de la Oliva en la carroza durante la procesión. (Fiestas 2008)
Son unas fiestas sencillas, en un pueblo no muy conocido y no de muchos habitantes, pero que recoge a mucha gente durante estas fiestas con gran ilusión y sentimiento.
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Vanesa Alfonsín Belinchón