
Casi desconocida esta antigua iglesia (construida en origen tras la entrada cristiana) fue profundamente reformada en el siglo XVIII creando un modelo de planta centralizada de exquisitos modos romanos (en realidad, recuerda obras y maneras del gran Ventura Rodríguez) que se atribuyen (por lo menos el trabajo al pie de obra) a Lluc Mesquida y Rosselló.

De la misma manera ocurre con el patio, ovalado y armónico.

La fachada no llegó a terminarse, pues la orden (dedicada tradicionalmente al fuego de San Antón) fue suprimida mientras se trabajaba en ella.


Una de las más antigua iglesias de Palma, de un gótico puro y diáfano (con bastantes conexiones con la propia catedral).

En su púlpito predicó San Vicente Ferrer en la campaña antisemita que asoló la isla en el siglo XIV, pues no en vano se encontraba aneja a la judería (call Maior) que se extendía desde aquí y hasta San Francisco.

Retablo Barroco

Dormición de la Virgen. Siglo XV

Atribuido tradicionalmente a Guillen Sagrera, constructor del edificio, porta una filactelia en donde se lee “Defenedor de la Mercaderia”

Su delicadísima talla se encuentra a mitad de camino entre el gótico flamígero y la exquisitez del Quattrocento (su autor terminará en este estilo cuando trabaje en el Castell Nuovo de Nápoles)