
Pese a sus mantos y coronas, esta virgen negra (relativamente habituales en la Europa medieval, entre los siglos IX y XII), del modo kiriotissa o Teotocos que crea un trono para el Niño, convertido en Pantocrator .

Tanto los rostros (lo único visible en este momento), como la colocación de los dos personajes son claramente románicas (hieratismo, tendencia a la geometría, frontalidad…)
EL RETABLO