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31 agosto 2021

Análisis y comentario. Santo Domingo. Martínez Montañés

Filed under: General, Sevilla — Etiquetas: , , — vicentecamarasa @ 18:33

Figura central del retablo de Santo Domingo de Portaceli (Sevilla) que representa al santo creador del movimiento dominico con una iconografía poco usual. Tradicionalmente Santo Domingo aparecerá arengando y predicando, acompañado por su perro en cuyas fauces aparece una antorcha.

Sin embargo, en esta obra aparece con el torso desnudo y aplicándose penitencia con un látigo, un tema sumamente querido en la época contrarreformista en donde la penitencia se vincula directamente con el perdón de los pecados (la confesión) fuertemente apoyada por Trento frente al libre examen protestante.

Íntimamente relacionado con ello en este periodo barroco llegan a su plenitud las procesiones que recorren las calles en periodos litúrgicos (Semana Santa, Corpus) o momentos especiales (sequías, hambrunas, pestes). En ella aparecían los nazarenos de luz (con vela) junto a los de sangre (que se fustigan la espalda), una escena que recrea esta escultura y que (como es norma del mundo barroco) intenta acercarse al espectador a través de los sentimientos.

Estéticamente nos encontramos con una obra exenta (muy posiblemente para poder ser utilizada en desfiles procesionales), de talla sobre madera policromada (por Pacheco) y, posiblemente, con postizos, como podrían ser las colas del látigo.

Su composición se estructura en la gran diagonal generada por su cuerpo inclinado que se cruza con la otra línea fundamental de la escultura, el escorzo de su brazo que une visualmente la cruz con la mirada del santo. Se crea así un movimiento físico que, a la altura de la cabeza, se convierte en impulso emocional, con esa mirada reconcentrada en la cruz que lo aparta de todo y todos, justificando así el castigo como un impulso hacia lo divino. (Por otra parte, esta composición abierta y compuesta permite múltiples puntos de vista de la obra en sus salidas procesionales)

Tanto la policromía (mate, como es habitual en Pacheco, su principal colaborador) como la propia anatomía buscan una imagen realista (fíjate en los michelines del estómago) aunque sin caer en los excesos expresionistas del mundo barroco castellano (como se puede ver comparando esta obra con cualquier Cristo muerto de Gregorio Fernández, sus heridas y regueros de sangre) Se busca así una línea más clasicista que suaviza los aspectos más dolorosos de la realidad y apuesta por la belleza (también la del propio cuerpo humano) como forma de predicación al pueblo.

El modelado de la obra es intenso en la zona baja (los paños), creando fuertes claroscuros (que además generan una posición más estable de todo el conjunto), mientras que las carnaciones se realizan de una forma más suave y detallista, especialmente en sus rasgos de anatomía (musculatura, venas de brazos y cuello) que hablan de un gran conocimiento anatómico conseguido en la morgue de Sevilla (el Hospital de las cinco llagas), como ya era habitual desde el renacimiento (Miguel Ángel, Leonardo…)

La obra tiene una clara influencia. Se trata de la figura de barro cocido y policromado de San Jerónimo penitente que realizara Torrigiano en su estancia en Sevilla. Este compañero de Miguel Ángel en su juventud florentina crea un modelo de fuerte intensidad (tanto emocional como física), reforzado por su postura y composición, que servirá a Martínez Montañes en varias de sus obras (San Jerónimo de Santiponce)

En conclusión. Una obra típicamente barroca tanto en su tema (la propaganda religiosa de las nuevas normas emanadas en Trento y extendidas por la orden jesuita) como su técnica (diagonales, intensidad emocional), hecha para conectar con el espectador a través de la empatía, realizada por uno de los imagineros más insignes de toda nuestra Historia del Arte que, nacido en Alcalá la Real y educado en Granada (Pablo de Rojas), se establecerá en Sevilla, con trabajos puntuales en la corte (como la cabeza de Felipe IV que retratará EL PROPIO Velázquez). En su taller se educarán alguno de los escultores más prestigiosos de la siguiente generación (Juan de Mesa, Pedro Roldán…), siendo uno de los puntos de referencia de toda la escultura del sur de España con múltiples obras maestras (Cristo de los Cálices, la Cieguecita, Pasión, San Bruno, San Lorenzo, San Ignacio…)

TODOS NUESTROS POST SOBRE MARTÍNEZ MONTAÑÉS

30 noviembre 2018

SEMANA SANTA EN SEVILLA. PASIÓN

Filed under: General — Etiquetas: , , — vicentecamarasa @ 10:53

Pasión. 2009

Vicente Camarasa Domínguez

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5 octubre 2018

SEMANA SANTA EN SEVILLA. UNA MANO CON PASIÓN

Filed under: General — Etiquetas: , , — vicentecamarasa @ 7:19

PASIÓN. 2010

Vicente Camarasa Domínguez

Todos los Derechos reservados

TODAS LAS FOTOGRAFÍAS

15 septiembre 2016

DOS ESCULTURAS DE UN JOVEN MARTÍNEZ MONTAÑÉS

Filed under: Martínez Montañés — Etiquetas: — vicentecamarasa @ 12:55

En la iglesia de San Antonio Abad, sede de la hermandad del Silencio, se encuentran, felizmente restauradas, dos pequeñas taññas de la Virgen y San José de la primera producción de Martínez Montañés.

Posiblemente pertenecieron al retablo que contrató el maestro con el Convento del Santo Ángel (y del que aún se conservan en el Prado algunos lienzos de Pacheco y la crucifixión de los desamparados de la que ya hablamos aquí, aún in situ)

 

Las figuras son de una extraordinaria delicadeza, suaves contraposto y una extraordinaria y equilibrada policromía que juega con rojos y azules, añadiéndole un fino estofado

 

Para saber más

 

 

FOTOGALERÍA DE MARTÍNEZ MONTAÑÉS

4 mayo 2015

INMACULADA. TALLER DE MONTAÑÉS. LA ANUNCIACIÓN

Filed under: Martínez Montañés, Sevilla — Etiquetas: , — vicentecamarasa @ 20:18

Ya veíamos hace algún tiempo dos obras del maestro en este templo sevillano de la Anunciación (San Ignacio y San Francisco de Borja y el retablo de San Juan Bautista de una de sus muros laterales).

De su círculo más cercano se encuentra esta Inmaculada que preside un retablo anterior (de Vázquez el Viejo) en uno de los brazos del crucero.

Su iconografía la debemos asociar a los trabajos de Pacheco (su íntimo colaborador, encargado de policromar sus imágenes) y que ya explicábamos en una obra anterior (y posiblemente origen de modelo de ésta, atribuida a Andrés de Ocampo)

En esta Inmaculada de ligero contraposto (herencia del manierismo) vemos la idealización a la que somete a las imágenes Montañés y que ya se encuentra en las antípodas de la escuela castellana, como se puede comparar con ésta de Gregorio Fernández de Salamanca.

Frente a los modelos anteriores, se aprecia la finura de la gubia en las manos cercanas pero no juntas, exquisitamente talladas o la dulzura del rostro, la mirada baja y tierna o el suave caer de la cabellera en curvas.

Destaca su excepcional policromía, en la que aún se utiliza estofado frente al color puro que instalará su discípulo Alonso Cano en el modelo.

 

FOTOGALERÍA ENLAZADA DE MARTÍNEZ MONTAÑÉS

2 marzo 2015

MARTÍNEZ MONTAÑÉS. EL CRISTO DE LOS CÁLICES O DE LA CLEMENCIA

Filed under: Martínez Montañés — Etiquetas: , , , — vicentecamarasa @ 18:19

 

Realizada por encargo del arcediano  Mateo Vázquez de Leca, su particular iconografía suele atribuirse a dos factores.

El primero de ellos es la posición de la cabeza, aún vivo y mirando suavemente hacia abajo. Simplemente es una transposición de una de las condiciones del contrato firmado con el arcediano, en el que se pedía que debería de estar vivo… con la cabeza inclinada sobre el pecho, mirando a cualquier persona que estuviese orando al pie del, como que está el mismo Cristo hablándole..

En realidad se trata de una idea claramente contrarreformista, aquella que surge del uso de las imágenes que prevé uno de los últimos capítulos redactados en Trento: el honor que se da a las imágenes, se refiere a los originales representados en ellas; de suerte, que adoremos a Cristo por medio de las imágenes que besamos, y en cuya presencia nos descubrimos y arrodillamos; y veneremos a los santos, cuya semejanza tienen.

La imagen se exorciza así de los peligros de la idolatría y se convierte en un ejemplo (casi vivo) en donde apoyar la fe, especialmente para las capas populares.

San Ignacio (el creador de los jesuitas) así lo entendía en sus ejercicios Espirituales:

Imaginando a Christo nuestro Señor delante y puesto en cruz, hacer un coloquio; cómo de Criador es venido a hacerse hombre, y de vida eterna a muerte temporal, y así a morir por mis pecados. Otro tanto, mirando a mí mismo, lo que he hecho por Christo, lo que hago por Christo, lo que debo hacer por Christo; y así viéndole tal, y así colgado en la cruz, discurrir por lo que se offresciere. (…) El coloquio se hace propiamente hablando, así como un amigo habla a otro, o un siervo a su Señor; quándo pidiendo alguna gracia, quándo culpándose por algún mal hecho, quándo comunicando sus cosas, y queriendo consejo en ellas; y decir un Pater noster

El espectador se convierte así en puro actor (como ocurre en las procesiones o en las fiestas barrocas) permitiendo un contacto directo con la divinidad que anime al rezo profundo, sin distracciones.

Por otra parte, el Cristo (como muchos tempranos de Martínez Montañés) muestra ciertos rasgos manieristas, como el canon alargado o el curioso cruce de los pies (creando un Cristo de cuatro clavos por completo diferente al que defendía Pacheco).

Habitualmente se ha vinculado con un posible crucifijo que existiera en Sevilla de mano de Miguel Ángel, aunque no hay que ir tan lejos, pues numerosos ejemplos de estas maneras se encuentra en la Sevilla en la que se formó Martínez Montañés, con antecedentes en Jerónimo Hernández o las obras de Torrigiano, u obras del propio momento como las de su coetáneo Ocampo (Silencio). De la misma manera. son evidentes sus conexiones con obras de su maestro, Pablo de Rojas.

De hecho, un crucifijo diez años posterior (1617), como el de los Desamparados, sigue utilizando los mismos esquemas corporales

 

UNA FOTOGALERÍA enlazada DEL ESCULTOR

1 mayo 2013

SAN LORENZO DE MARTÍNEZ MONTAÑÉS

Filed under: Imagineros, Martínez Montañés, Sevilla — Etiquetas: , , — vicentecamarasa @ 9:48

En una capilla lateral de la iglesia de San Lorenzo de Sevilla se muestra esta magnífica obra recién restaurada de Martínez Montañés.

Perteneciente al retablo mayor (que diseñó el maestro en sus tradicionales formas manieristas) y que pronto traspasó al taller de los Ribas para la conclusión de sus distintos relieves, ahora podemos contemplarla al nivel de los ojos y ver su exquisita talla y su espectacular policromía con múltiples estofados.

La figura juega con un leve escorzo que rompa su obligada frontalidad a la vez que se abre por medio de los brazos que sustentan un libro y un báculo, siendo verdaderamente magistrales los pliegues de su túnica

UNA FOTOGALERÍA ENLAZADA DE MARTÍNEZ MONTAÑÉS

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TODOS NUESTROS POST SOBRE SAN LORENZO

2 abril 2013

PASIÓN A LA LUZ DE LOS FLASES EN EL SALVADOR. 2013

Filed under: Jueves Santo, Sevilla — Etiquetas: , , — vicentecamarasa @ 18:50

Puedes saber más de la imagen aquí

11 febrero 2013

EL NIÑO JESÚS DE MARTÍNEZ MONTAÑÉS

Filed under: Corpus, Imagineros, Martínez Montañés — Etiquetas: , , , , — vicentecamarasa @ 19:03

En la iglesia del Sagrario, aneja a la Catedral, se conserva el más exquisito Niño Jesús que realizara Martínez Montañés.

Es el fruto depurado de una larguísima serie que tendría sus precedentes (sevillanos) en que ya realizara en el XVI Jerónimo Hernández para la Magdalena.

Talla completa y desnuda manifiesta es clasicismo del escultor, con un suave contraposto de sus piernas y sus caderas que se amplia en el amplio gesto de sus brazos.

El estudio anatómico, como siempre en el autor, es excelente, con un canon alargado en donde la musculatura de sus primeras obras (como vimos en su San Cristobalón) cede hacia un modelado más blando, potenciado por la policromía de Gaspar de Ragis

Elegante y dulce, su rostro se enmarca en el típico pelo montañesino, dando un toque de realismo a su cuerpo apolíneo.

Su influencia será tremenda, pues en él beberán Juan de Mesa, los Ribas, Cano…

La obra procesiona en el Corpus, como podéis ver en este vídeo

 

Iconográficamente pertenece al modelo contrerreformista del Salvator Mundi que ya vimos aquí

 

UNA FOTOGALERÍA enlazada DEL ESCULTOR

19 mayo 2012

EL CRISTO DE LA BUENA MUERTE. LOS ESTUDIANTES. JUAN DE MESA

Filed under: Juan de Mesa, Sevilla — Etiquetas: , — vicentecamarasa @ 10:04

Hace un tiempo ya hablábamos en este sitio del Cristo del Amor; ahora le toca el turno al de la Buena Muerte, a mi juicio, el mejor de toda la serie de crucificados del maestro, que casi sería decir, del barroco español.

Su modelo se inspira claramente en los modelos de Martínez Móntañés, renunciando un tanto al dramatismo típico de Mesa para buscar una mayor serenidad.

De la misma manera, la musculatura habitual se estiliza e, incluso, se elimina una de las señas de identidad de Mesa, la corona de espinas tallada en el mismo bloque del cráneo.

Lo que sigue siendo espectacular es su paño de pureza, su apertura sobre la ingle que permite un desnudo camuflado y, a la vez, animado por su multiplicidad de pliegues

Todas estas particularidades convierten a la escultura en una de las tallas más serenas y clasicistas del autor. Acaso un estilo derivado de los mecenas (la cofradía de sacerdotes teólogos de los jesuítas) o, también, como el marco idóneo para la reflexión sobre la primera muerte.

Y hablo de esta primera muerte pues la obra es todo un tratado médico-anatómico sobre los distintos acontecimientos que ocurren en un cuerpo pocos minutos después de la muerte, lo que nos debería hacer pensar que Juan de Mesa no sólo visitaba los depósito de cadáveres sino que debió de ser testigo de muertes en directo que le permitieran esta fidelidad asombrosa (el cuerpo vencido sobre los brazos, el abdomen rehundido mientras las costillas se comienzan a destacar, el afilamiento de los rasgos, la aparición de los primeros moratones post mortem..).

La obra tuvo tal popularidad que el artista creó copias de la misma, como la que en la actualidad se alza en el altar de la Almudena de Madrid, firmando su autoría en un pergamino que se colocó en la unión de la cabeza.

En la actualidad pertenece a la hermandad de los estudiantes, radicada en la Fábrica de Tabacos en donde se realizaron estas fotos, pues la cofradía ha tenido bastante poco suerte en sus estaciones de penitencia, amenazadas por la lluvia del martes santo.

UNA FOTOGALERÍA ENLAZADA DEL JUAN DE MESA

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