Palios

20 abril 2014

LA SOLEDAD DE SAN LORENZO. 2014

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Vicente Camarasa

23 abril 2012

CRISTO YACENTE DE JUAN DE MESA. SEVILLA

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En la iglesia de San Gregorio, en Sevilla, radica la cofradía del Santo Entierro. La mayoría la conocen por la popular Canina, pero la gran joya es este yacente, atribuido a Juan de Mesa por sus semejanzas con el de la Piedad de Córdoba (las Angustias) , y tal vez realizado en torno a los años 20.

Su gran problema es el estar casi continuamente en su urna que se coloca sobre el altar, dejando una visión lateral y muy disminuida del mismo.

Sin embargo, el domingo de Pasión tiene su besapies y en él puede observarse toda la fuerza anatómica del mismo, tal y como se recogen en estas fotos tomadas de  http://cofrades.pasionensevilla.tv/profiles/blogs/besapi-s-del-cristo-yacente-del-santo-entierro-de-sevilla

Un verdadero gigante musculado de casi 2 metros de altura

UNA FOTOGALERÍA enlazada DEL IMAGINERO

Vicente Camarasa

3 junio 2011

SEVILLA 2011. MÁS PARAGUAS QUE PALIOS

Sexta edición de nuestra crónica no tan seria de la Semana Santa (2011)

Sevilla, Domingo de Ramos, 17. de Abril 2011,  10 de la mañana
Cayetana, una chica de 18 años, llegó ayer desde Cádiz para celebrar con nosotros toda la Semana Santa de Sevilla. Ahora nuestra joven visitante  interrumpe algo irritada su lectura del Diario de Sevilla y queda mirándonos como si buscara alguna ayuda.

„El Atlántico nos manda un tiempo apocalíptico“, comenta en una resignada profecía, mostrándonos la página de los pronósticos del tiempo en el Diario, antes de seguir comiendo sin ganas su Torrija.

No seas tan pesimista“ – intenta tranquilizarla Angélica, la dueña de la casa – „¡mira qué día más radiante!“ Para apoyar su intento de propagar optimismo, descorro las cortinas para que el sol de la manãna entre en el salón. „Bueno, hoy sí“, responde Cayetana, pero vuelve a insistir en las predicciones meteorológicas del Diario de Sevilla: „¡pero a partir de la tarde de mañana parece ponerse muy mal y para Jueves y la Madrugá anuncian un riesgo de lluvia de 100% !“ La verdad es que ya conocíamos los pronósticos, pero de momento preferimos reprimir la amenaza terrible de una Semana Santa que se podría quedar sin Madrugá. Angélica nos anima gritando: „Vamos, vamos a arreglarnos con nuestros modelitos de Domingo de Ramos…“ (Cuando salimos a las 11.30, falta ella, que todavía está meditando qué ponerse. Dice que nos encontraremos más tarde en la Plaza Cristo de Burgos.)

Nuestro grupo de „místicos semanasanteros“ consiste de mis amigos Carmen y su marido Manolo, Teresa y Regina, Angélica (a la que no le gusta mucho la Semana Santa, por ello se va el miercoles a Portugal) – todos de Sevilla; la jovencita Cayetana de Cádiz, dos peregrinos de Madrid (Manuel y Cristina) y de mí (todos los nombres cambiados por la redacción).

Como en cada año, Carmen y Manolo nos han invitado para almorzar y celebrar juntos el comienzo de la Semana Santa. Esta vez, el almuerzo no tendrá lugar en su piso, sino en el Patio de Palacio de Pumarejo. Pero la comida deliciosa como siempre: puchero de bacalao con garbanzos, bacalao con tomate o espinacas, empanadas, ensaladas de todos los tipos y sobre todo las famosas torrijas de Manolo que por sí solas ya valen un viaje al Pumarejo.

Rodeados del esplendor ya algo desmoronado del Palacio de Pumarejo (principios del Siglo XVIII) que ha visto días mejores, aunque quizás no más alegres, parece que todos disfrutemos aún más de un placer tan efímero como la degustación de manjares exquisitos. Menos exquisita nos parece la dejadez vergonzosa del Ayuntamiento  de Sevilla con respecto a este Palacio emblemático y a la Iglesia de Santa Catalina: dos edificios – uno profano, otro sacro – de gran importancia, por lo visto abandonados a la ruina. ¿Los dejan caer para construir luego allí otro no sé qué de pesadilla arquitectónica?

De repente, las trompetas que anuncian la procesión de la Cofradía de La Hiniesta interrumpen nuestra discusión. Normalmente sería magnífico ver esa procesión desde un balcón del palacio, pero Manolo advierte que por el peligro de derrumbamiento han decidido mantener cerrados todos los balcones del Palacio de Pumarejo. Así que decidimos dejarnos llevar por unas escaleras labirínticas y oscuras hasta llegar a la azotea del palacio. Es una sorpresa lo grande que es el palacio, casi una manzana entera y con muchos patios escondidos. Lentamente, por momentos irritados por la luz deslumbrante del sol, avanzamos hasta la cornisa de la azotea y tardamos algo en descubrir allá abajo los capirotes azules de los Nazarenos de La Hiniesta.

Pero la vista no es tan buena como esperábamos y tampoco nos atrevemos a asomarnos más debido al estado delicado del edificio. Así que bajamos a la plaza, y después de ver el Cristo con la bella Magdalena, nos adentramos en la Calle Relator, porque Teresa ha llegado a saber que desde el balcón de la Casa N° 54 cantará el famoso Saetero El Sacri a la Virgen de la Hiniesta.

Y mientras que arriba canta El Sacri – como siempre magnífico, muy emocionante y gesticulando apasionadamente – abajo podemos observar acciones más profanas, pero urgentes. El Aguador está repartiendo agua a los sedientos Costaleros cuyos brazos y pies se asoman por debajo del Paso – y la calleja se convierte en una pequeña „pasarela para mostrar sus Sneakers“, como comenta Carmen.

Regina expresa su sospecha de que no sea agua normal y corriente que reparten a los Costaleros, sino una nueva especie de „Red Bull“ de color clarito, quizás sabor limón o pomelo.

Parece que tenga razón, porque después de beber, los Costaleros levantan el Palio de su Virgen con tal ímpetu y fuerza, que bailan las bambalinas y tiembla la corona. „Sí, ésta ha sido una levantá Red-Bull“, opina Manuel con sonrisa irónica.

Antes de la puesta del sol Angélica nos lleva de nuevo a una azotea estratégica a donde nos invitaron amigos suyos. Iluminados por la luz dorada del sol poniente los vecinos e invitados  miran desde una perspectiva muy privilegiada hacia abajo a la Calle Conde de Torrejón, donde la bella procesión de La Amargura está avanzando con gran disciplina.

Todos estamos fascinados, y cada uno se fija en otro detalle: Manuel dice que la composición dramática de aquella escena de Cristo ante Herodes en el Paso se aprecia mejor desde arriba, Cristina admira la disciplina y estética de la doble fila interminable de Nazarenos blancos, Regina y Teresa se dedican a observar al público y descubrir modas desadecuadas, Angélica, otra vez comiendo torrija, está mirando muy contenta la puesta del sol que ilumina con sus últimos rayos el Paso dorado del Cristo de La Amargura, y Cayetana se ha enamorado por primera vez  durante esta Semana Santa (¡ya era tiempo!) de un acólito con cara de ángel moreno que lleva uno de los ciriales y mira con aire melancólico al cielo (ella dice que está mirando a ella, claro).

Como preferimos ver el segundo Paso, el Palio de la Virgen de la Amargura, lo más cerca posible abajo en la calle, vamos corriendo por las escaleras para salir. Sin embargo, llegando al portal nos encontramos ante una verja cerrada. Normalmente hay un abrepuertas automático al lado del portal, fébrilmente empezamos a buscarlo, mientras que la Virgen ya está a punto de llegar acompañada por una marcha. No encontramos ningún abrepuertas. Cada mes más impaciente, no sabemos qué hacer y Angélica, quizás la única que sepa cómo abrir esa verja está cuatro plantas más arriba. ¡Ya es tarde! La Amargura se encuentra allí y nosotros aquí en nuestra cárcel de lujo estamos demasiado lejos para poder verla bien.

Empezamos a subir la verja para tener una perspectiva mejor. En este momento se abre la verja, Angélica ha encontrado el mágico abrepuertas. Pero ya han levantado la Amargura y sólo podemos seguirla. Bueno, para el año que viene ya sabemos donde abrir la verja.

Por la Calle Amor de Dios nos dejamos llevar por la muchedumbre que sigue detrás el Palio de la Amargura. Como cada Domingo de Ramos, es nuestro deseo de llegar por la Amargura a El Amor (¡y no al revés!). Esta vez hay un lugar muy concreto donde queremos ver la Cofradía El Amor: en la Calle Javier Lasso de la Vega en frente de la casa N° 7, donde El Sacri cantará de nuevo a las 21.30 – según el programa de sus saetas que Teresa lleva consigo. Cuando el Cristo crucificado del Amor está pasando, escuchamos el primer ¡Ay! de una  Saeta como lo esperábamos, pero la voz no es la de un hombre. Regina señala con del dedo al balcón y pregunta susurrando: „¿Qué pasa, ahora El Sacri se ha convertido en una mujer o qué?“ De hecho allí en el balcón canta una joven mujer (no canta mal, pero no llega a la intensidad del maestro), posiblemente El Sacri le ha cedido este balcón a ella a causa de otros compromisos.

Después de ver otra vez La Hiniesta en la Plaza de San Marcos con la luna llena y la „Giralda chica“ al fondo, perseguimos La Estrella, la procesión más larga del día cuya cruz de guía ya se encuentra de nuevo al otro lado del río. Hacia la 1 de la noche la alcanzamos en el Puente de Triana. Aunque hay menos gentío que el año pasado, muchos se abren paso sin respeto ni miramientos, casi empujando incluso a los Nazarenos. Un cochecito con un bebé durmiente pasa brutalmente por encima de mis zapatos, por supuesto sin pedir disculpas. Bueno, concedidas sean por amor a la Virgen de la Estrella y el deseo ardiente de volver a verla una última vez antes de que se encierre por un año en su capilla.

Lunes Santo, 18. Abril 2011
Empezamos el día donde terminábamos ayer: en el Puente de Triana. Sobre las 5 de la tarde esperamos aquí la Cofradía San Gonzalo. Queríamos ver esa cofradía tan popular donde en el año 2009, al lado de la Capilla de la Estrella, pero allí ya dos horas antes se apiñaba un gentío que pronto iba a ser una bulla de verdad, así que nos abandonó el ánimo y nos retiramos al puente. Sólo Cayetana quería meterse en medio, pero yo le explicaba a la chiquilla que ya somos algo mayores para tanto movimiento y empujones y que no sería bueno empezar el día con tanto estrés. Pero el espectacular Cristo de San Gonzalo se hace esperar tanto que perdemos la paciencia y vamos a tomar café en una terraza de la Calle Betis cerca del puente. Un poquito decadente, la verdad, debido a la comodidad de esperar el Paso allí sentados y luego tomar un par de fotos sin apenas subir la escalera.

Al atardecer nos encontramos en la Calle Dos de Mayo para ver la Salida de Las Aguas. Puntualmente a las 19 horas canta El Sacri (ahora sí el mismo) para el „Cristo de las Aguas“. Cristina llega a susurrar „Que no cante demasiado al Cristo de las Aguas ¡que no vaya a llover!“ Bastante nublado ya está el cielo y Cayetana mantiene que hayan caido cuatro gotas.

Una hora más tarde nos sentimos muy felices en un balcón en frente del portal de la Iglesia de San Vicente – el mejor sitio para ver la Salida de la Cofradía de Las Penas. Especialmente Manuel está muy ilusionado, ya que el Cristo de esa Cofradía, obra magistral del gran Pedro Roldán, es una de sus esculturas favoritas de toda la Semana Santa. Qué contraste: mientras que abajo ya están saliendo Nazarenos y Penitentes de negro riguroso desde el interior del templo, en el balcón y el salón están jugando niños, aunque ahora se detienen para mirar la Salida del Paso. Cuando aparece el Paso dorado del Cristo de Las Penas, acompañado por los sonidos majestuosos de la marcha que lleva su nombre, Cristina me toca ligeramente con la punta del dedo: „Mira – Manuel está llorando.“

Como su marido por tanta emoción apenas puede seguir tomando fotos, ella le quita tiernamente la cámara para dedicarse a eternizar como el Paso va por la muchedumbre como una barca dorada. Cuando el Palio de la Virgen de los Dolores sale, nos despedimos y bajamos para luego perdernos en la Calle San Vicente, metidos en el alud de gente que sigue detrás el manto de la Virgen. Las corrientes de la bulla nos separan, Manuel y Cristina desaparecen.

A las 10 y media de la noche nos reencontramos todos en la Plaza de San Andrés, cuando el bellísimo grupo escultórico de Santa Marta sube por Daoiz para entrar en su templo. Demasiado rápido como siempre. Carmen pronuncia lo que pensamos todos: „Esa Cofradía es conocida para ser de las más rápidas, pero sería más bonita parar ese Paso magnífico cada 3 metros para que la gente pueda verla bien.“

A la una y media de la noche estamos de nuevo delante de la Iglesia de San Vicente para ver como siempre la Entrada de Las Penas. Impresionante la sombra inmensa del Palio de la Virgen en las fachadas. En vano buscamos la luna llena, se esconde detrás de nubes cada vez más abundantes y oscuras.

Martes Santo, 19. Abril 2011
Nos encontramos en frente del portal del templo mudéjar de Omnium Sanctorum para ver la Salida de Los Javieres. Ha empezado a llover. En el interior del templo están tomando una decisión si la Cofradía asume el riesgo de salir o no. Durante un par de minutos deja de llover y hay esperanza, el portal se abre. El público aplaude, pensando que la procesión iba a salir, pero en el próximo momento todos los paraguas se abren de nuevo, mientras que las puertas de la iglesia se cierran, porque de repente un aguacero caprichoso acaba con todas las esperanzas. Todavía nos negamos de dar por perdido el día. Después de tomar café decidimos a visitar el nuevo Museo del Convento Santa Clara – ¡cerrado! Seguimos nuestro paseo por lluvia y charcos y aunque siempre me había negado a comprar un paraguas en Andalucía, al final llego a comprar uno a 3 Euritos en una tienda de los chinos. Cuando llegamos a la Basílica de la Macarena – ¡también cerrada! Ahora yo como pobre macareno alemán tengo que aguantar las burlas de los trianeros madrileños: „Ah, es que la gran Señora aristocrática, ya no recibe visita por la tarde…“  y semejantes lindezas, hasta que incluso me llegaron a decir que en el fondo de mi alma, sería yo también de la Esperanza de Triana, sólo que todavía no lo sabía. ¡Y eso se atrevían a decirme debajo del Arco de la Macarena! El día estropeado por completo y en el camino a casa todos debíamos aguantar la lluvia.

Miercoles Santo, 20. Abril 2011

El mismo escenario como ayer, delante de Omnium Sanctorum, aunque una hora más temprana – ¡y con sol! Aquí esperamos la Salida del Carmen Doloroso con un Paso que con más de 6 metros de largo es de los mayores de Sevilla.

Los Costaleros tienen que sacar ambos Pasos de rodillas, la salida, sobre todo la del Palio, resulta complicada y es cuestión de centímetros. En ambos lados del Palio, costaleros adicionales tienen que ayudar a sacarlo, muchos de ellos se han subido las perneras del pantalón, así que enseñan  sus pantorrillas.

Desde luego, Cayetana saca más fotografías de los músculos peroneos de los Costaleros que de la cara de la Virgen del Carmen. Después del Carmen Doloroso vamos a ver ahora otra Salida y nos colocamos a las 5 de la tarde en la bella Plaza de San Martín, a la izquierda al lado opuesto del portal de la iglesia.

Todavía tenemos que recuperarnos del choque que nos llevamos hace un par de minutos al ver una estampa inédita: ¡La Sed debajo de las setas! Era la primera vez que vimos un Palio junto a las setas venenosas en la plaza que el pueblo ya empieza a llamar la Plaza Mayor.

Poco antes de las 6 los primeros Nazarenos de La Lanzada con sus llamativos capirotes color rojo escarlata empiezan a salir del templo. Alrededor de la plaza, todos los balcones podrían colgar carteles de lleno absoluto. En el palacio detrás escuchamos de repente una voz feminina bastante enérgica que da órdenes: que reparten más jamón Ibérico, que saquen el paté de pato, que abran el coñac (el mejorcito). Intercambiamos unas miradas burlonas.

Ahora la Dueña aparece arriba en el balcón – una típica aristócrata sevillana, tendrá unos 60 y el pelo teñido de rubio, elegante y vestida de negro. Se parece un poco a la Duquesa de Alba hace tres décadas. Todo el club del balcón se presenta llevando vestidos de fiesta, pero a la vez algo aburrido. Un matrimonio abandona ya el balcón, aunque en un par de minutos debe salir el Cristo, como subraya la Doña. „Es que lo tenemos muy visto ya“, responde una voz indiferente desde el interior del palacio.

Preferimos concentrarnos en el Paso suntuoso, está saliendo muy despacio y cabe muy justo, dos bravos ángeles se asoman, luego el romano a caballo, una obra magnífica de gran dinamismo de Navarro Arteaga, y al final el Crucificado. La Lanzada comienza su marcha triunfal por Sevilla. Cuando el Paso y la banda ya están lejos y vuelve el silencio, se escucha de nuevo la voz de la Dueña : „¡Ahora, entre el Cristo y la Virgen, tomamos el Champán!“ Regina se ríe para dentro y pregunta: „¿Esto que es – acaso la Nochevieja?“ Teresa, ya riendo de verdad: „¡Lo único que falta es que ahora empiecen con los fuegos artificiales!“ De esa manera, tenemos que despedir la Virgen del Buen Fin con la risa reprimida, mientras que arriba hacen saltar el corcho del champán.

En la hora azul del crepúsculo llegamos a las murallas del Alcázar para ver San Bernardo. Cuando se para el Palio de la Virgen del Refugio, hay relevo de Costaleros. El último que sale es un auténtico Hércules muy bronceado y muy musculoso, con el torso cubierto de tatuajes abundantes. Cayetana, como electrizada, toma su cámara y empieza a sacarle un montón de fotos, luego queda mirándolo como hipnotizada. Regina comenta con una sonrisa irónica: „Bueno, mi alma, no estoy segura que con ése tendrías tú éxito, me parece a mí que a ése le gustara más dándole un abrazo a tu hermanito el surfista.“ Manuel, abrazando a la pobre chiquilla, se limita a recomendar: „Cayetana, ya es tiempo que vayas a encontrar un novio de verdad.“

Después de unas raciones generosas y deliciosas (carrillada, pez de espada) en el Bar El Patanchón en la Calle Mateos Gago vamos a lo que suele ser el broche de oro del Miercoles Santo (y – aunque todavía no lo sabíamos, de toda esta semana): – la Entrada del Cristo de Burgos. Nos adentramos en la plaza que está a oscuras con las farolas apagadas y con una muchedumbre esperando el Cristo. Cuando entra al lado sur de la plaza, se levanta una voz de llanto que domina la plaza nocturna. Una Saeta. No. Cuando sigue, queda cada vez más claro que ésta no es una Saeta cualquiera, sino es LA Saeta, la más perfecta, la mejor y la más emocionante que jamás hemos escuchado en Sevilla. Una Saeta que canta luces contra las tinieblas. Cuando termina, un silencio tenso reina en la plaza, ningún aplauso, pero por doquier lágrimas y sollozos, Cristina y yo nos abrazamos llorando, incluso Cayetana toma su pañuelo, toda la plaza lleno de lágrimas – el mayor aplauso posible para un Saetero. Como luego llegamos a saber, su nombre es Manuel Cuevas. Su estrella ha subido en esta noche.

Jueves Santo, 21. Abril 2011
Llovió 3 años, 3 días y 48 horas. Paraguas en vez de Palios. Sin saber qué hacer, nos hartamos de comer.

La Madrugá, 22. Abril 2011
Entre la medianoche y las 2 de la noche estamos viendo la tele, en vivo y directo transmiten las decisiones de las Juntas de Gobierno de las Hermandades si van a salir o no, mientras fuera está lloviendo aún con más intensidad que por la tarde. Pocas esperanzas quedan ya, las velas a San Judas Tadeo en vano. En un templo después del otro anuncian la decisión de no salir a la Catedral este año. Por primera vez desde casi un siglo y medio ninguna de las grandes cofradías de la famosa Madrugá sevillana iba a salir. Nos quedamos sin La Macarena, sin El Silencio, sin el Gran Poder, sin la Esperanza de Triana, sin Los Gitanos y sin el Calvario. Cuando anuncian el „No vamos a salir“ en la Calle Pureza, como subrayando la decisión un tremendo trueno suena y empieza una lluvia torrencial que inunda la calle y en segundos los uniformes blancos de la banda se convierten en grises. Los madrileños me llaman y llamándonos por teléfono todos tenemos que llorar.

Viernes Santo, 22. Abril 2011
Sigue lloviendo y echo de menos el Paso de La Mortaja por Doña María Coronel.

Sábado Santo, 23. Abril 2011

Hoy, como desafiando a tanta lluvia y nubarrones, la única Cofradía que ha salido después de 3 días de diluvio ha sido El Sol. Casi toda la ciudad la asediaba con euforia y acompañaba al Cristo que bravamente procesionaba bajo nubarrones tenebrosas.

A pesar de la tristeza de esta Semana Santa nos reunimos después para celebrar nuestra tradicional Cena de la Noche de Pascua, esta vez en „Bacalao“.

Después de una cena abundante, cuando estamos eligiendo los postres, uno más barroco que el otro, se le escapa a Cayetana la condena: „La verdad es que hemos comido muchísimo durante toda esa semana.“  Sonriendo, inclinamos la cabeza, pero Regina nos disculpa a todos: „Es normal, como no había nada que hacer…“

Domingo de Pascua, 24. Abril 2011
Alborada. Después de una Semana Santa tan desastrosa de diluvio, algunos de nuestro grupo ya se dedican de nuevo a placeres profanos y en la Noche de Pascua – han visitado primero muchos templos y luego – una discoteca.

Cuando ya sobre las 7 de la mañana queda algo vacía la pista de baile, de repente se escucha la voz del pinchadiscos por los altavoces: „¡Bueno chicos, aquí ya vamos a cerrar pronto, por eso propongo que ahora vamos a ver el Resucitado!“

Así lo hacemos. En la Campana un gentío como nunca está esperando la procesión de La Resurrección. Los primeros rayos del Sol y sonidos de trompetas acompañan al Cristo Resuscitado cuando entra con gesto triunfante en la Plaza del Ayuntamiento. Como si no sólo hubiera vencido a la muerte, sino también al diluvio: vemos los primeros rayos de sol desde el mediodía del miercoles.

Cuando los costaleros paran la Virgen de la Aurora delante de nosotros, Cayetana llega a murmurar: „Nunca antes me he fijado qué guapa es esta Virgen…“  Parece que sólo cuando se suspenda media Semana Santa, algunos lleguen a valorar las bellezas menos conocidas de Sevilla…

Texto: Berthold Volberg
Fotos: Berthold Volberg + Vicente Camarasa


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21 diciembre 2010

POR EL BESAMANOS DE LAS CINCO ESPERANZAS DE SEVILLA

Filed under: Domingo de Ramos, Esperanza, Macarena, Sevilla — Etiquetas: , , , , — vicentecamarasa @ 18:08

Aprovechando el día 18, festividad de la Esperanza, realizamos un largo paseo (en coche con chofer, un verdadero lujazo, muchas gracias, Rafa) por los besamanos de las cinco esperanzas dolorosas de Sevilla.

Fue un momento lleno de emociones y magníficas oportunidades para realizar una serie de fotos que os quiero ofrecer

Comenzaré por la última que visitamos, la Esperanza de San Roque

Anteriormente a ésta pasamos por la Trinidad.

En Triana no nos podíamos perder la O

Y dejo para el final las dos grandes.

La primera de ellas, la Esperanza Macarena en cuya visita recordamos tanto a Berthold para quien tuve que hacer verdaderas maravillas entre los cirios para que pudiera tener estas fotos

Y lógicamente, he dejado para el final la Esperanza de Triana

Verdaderamente sin palabras.

Cuánto tiempo pudimos contemplarla junto a nuestros amigos Juan y Elena y a nuestras maravillosas anfitrionas sevillanas que nos van enseñando poco a poco a entender los miles de matices de esta maravillosa ciudad (muchas gracias a María Isabel, Reyes y Villa)

31 julio 2009

Sábado de Gloria. 11 de abril de 2009

Filed under: Esperanza, Sábado de Gloria, Semana Santa, Sevilla — Etiquetas: , , — vicentecamarasa @ 6:09

 Hoy es el último día. Un punto de tristeza empieza a invadirnos. Nos despedimos de los Otros Madrileños que ya vuelven hoy, con la promesa de volver el año próximo y las ganas de quedar en Madrid para ver las fotos y recordar estos momentos.

La mañana se la dedicamos a la Macarena: hemos decidido pasar a verla en nombre de nuestro Maestro al que debemos que nos haya enseñado a disfrutar de todo esto ¡Gracias!

Seguimos con las despedidas, pasamos por el Pumarejo y decimos adiós a los amigos que siempre nos han acogido con los brazos abiertos; quedamos para el próximo potaje del Domingo de Ramos. Ya sólo nos queda despedirnos de ELLA.

Bueno, aún nos quedan dos cofradías por ver, así que con Teresa, Regina y nuestro amigo el Marroquí, nos encaminamos a ver recogerse a los Servitas (no podemos dejar de recodar cuando el año anterior la vimos entrar bajo una torrencial lluvia en el templo con una increíble maniobra en dos tiempos que nos dejó fascinados). Hoy sigue sin llover (hace ocho años que no salían todas las cofradías, comenta Regina) y aquí estamos, saboreando los últimos instantes. Por fin, aparece y se abren las puertas del convento donde las monjitas cantan a ese Cristo muerto en brazos de su madre…

 

 El Marroquí propone: nos queda la Soledad ¿vamos a verla recogerse? Vale, contestamos el coro (no queremos que esto acabe). Al llegar a la plaza de San Lorenzo, Regina se da cuenta de que la iglesia del Gran Poder está abierta y decidimos entrar para encontrarnos con una de las imágenes más sobrenaturales y sobrecogedora que te puedes encontrar: en medio de la basílica en una medio penumbra se encontraba el paso de Jesús del Gran Poder, quieto, paciente, suspendido en la nada…

Hay que salir, porque empiezan los oficios. Momento justo porque la Cruz de Guía de la Soledad ya está en la plaza. Respirando hondo buscamos un lugar donde esperar. Ya llega. La primera saeta empieza en la esquina, le sigue otra, y otra… Ahora empiezan dos a la vez, y sólo una sigue pero no ha terminado y ya empieza otra… ¡Es increíble! Una lucha de saetas, de sentimientos por parar a la Virgen y prolongar esos últimos momentos hasta el infinito… El capataz pone punto final mandando levantar el paso y “poco a poco, poco a poco”, se gira para despedirse de todos. Se cierran las puertas.

¡Venga! Unas cervecitas para despedirnos. Por el camino, ¡claro! Hablamos de la Semana Santa, alguien comenta que las de Castilla también son muy bonitas y el Marroquí sentencia: yo estoy esperando a que la Semana Santa de allí no coincida con la de aquí para ir a verla. Todos nos miramos y salió la carcajada: quedamos para el año que viene pero, como en el 2010 aún coinciden, en Sevilla.

Ya en el AVE, de vuelta a Madrid, con un poco de penilla, repasamos momentos y hacemos un recuento de todo lo que hemos visto: ¡31 cofradías! Ha sido una fantástica Semana Santa, “sin lluvia y con mucha gente”, aunque hemos echado mucho de menos al Jefe y a Cayetana y sus comentarios siempre oportunos. Ya sólo faltan 364 días. Nos vemos el año próximo.

 Amparo Gómez-Rey

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