Una de las principales festividades religiosas del siglo de Oro (muy por encima de la Semana Santa) fue la fiesta del Corpus Christi, en el que se ensalzaba la eucaristía. Aunque su origen era medieval, la negación de la eucaristía por parte de la Reforma protestante hizo que sus desfiles cobraran aún más importancia desde el siglo XVI
Aunque su pieza fundamental sea la custodia en donde se encuentra el sacramento, la multitud esperaba especialmente a las Tarascas a las que vamos a dedicar este artículo.
Se trataba de una carroza con forma de animal (cuerpo de galápago, alas de vampiro y cabeza de serpiente, que desprende humo por la nariz; en la de Toledo) que, según Caro Baroja, representaría al monstruo apocalíptico al que vencerán los ejércitos celestiales
Sobre ella suele aparecer alguna figura, normalmente femenina, que sigiendo la interpretación anterior, sería la gran puta de Babilonia
Sin embargo, esta primera interpretación poco a poco se fue cargando de múltiples motivos (muchos para nosotros ahora desconocidos en sus significados), hasta completar una completa imaginaría a la que acompañaban cabezudos, hombres vestidos de diablos con vejigas hinchadas que azotaban al público…
Os dejo algunos vídeos de otras localidades para que veáis esta tradición
[…] tarasca del Corpus de Zamora es una obra de Ramón Álvarez, imaginero zamorano de principios del […]
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Pingback por LA TARASCA DEL CORPUS DE ZAMORA « Palios — 29 junio 2011 @ 13:30