Los esciápodos o monopodos son seres mitológicos que aparecen en el mundo clásico (Plinio el Viejo los nombra en su Historia Natural) y se mantienen en la Edad Media (San Isidoro, San Agustín)
Tienen un solo pie (su nombre «Pies de sombra» en griego)
Andan a grandes saltos, habitan en la India (como luego corroborará Marco Polo) y, cuando se cansan, se tumban colocando su gran pie como una sombrilla
el resto de la obra es obra fundamental del Padre Pozzo que crea un gran tabernáculo convexo de frontón partido en donde aparece la Trinidad coronada por una gran bola de lapislázuli.
En la parte central se encuentra el gran lienzo con la Visión de la Storta y una macchina de poleas que hacía que el óleo que ocupaba la parte central del retablo bajase dejando a la vista la estatua en plata de San Ignacio, obra de Pierre Legros.
En los laterales encontramos dos espectaculares conjuntos escultóricos de gran barroquismo
A la izquierda: El triunfo de la Fe sobre la idolatría, de Jean-Baptiste Théodon
a la derecha: La Religión abatiendo la herejía, de Pierre Legros el Joven.
En la parte baja se encuentra el sarcófago (modelado por Algardi) y una espectacular reja también diseñada por Pozzo
Como todos los mosaicos romanos fue concebido como pavimento que adornaría el triclinium que se abría ante el gran peristilo de la llamada casa del fauno.
Esta gran villa pompeyana (2.970 metros cuadrados) se abría a una de las calles principales de la ciudad. Edificada a principios del siglo II a C, su gran puerta de entrada ya nos saluda con un curioso HAVE.
Si ingresamos en ella nos encontraremos un atrio al que sigue un gran jardín en cuyo fondo una serie de columnas marcan el triclinium en cuyo suelo se ha colocado una réplica en 2003 (el original se encuentra en el espléndido Museo Arqueológico de Nápoles)
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Roma es una ciudad de teatro, y qué mejor que esta obra de los discípulos de Bernini (A. Bergondi) que nos narra el final de este santo, hijo de padres paganos y estériles que huyó a Siria a lo 17 años y no regresó hasta ser un anciano irreconocible al que el propio padre dio cobijo en un sótano, durmiendo bajo unas escaleras que se desplomaron, dándole muerte, sonando entonces todas las campanas de la ciudad.
La obra combina el estuco y la madera para recrear la muerte del santo asistido por los ángeles, bajo un fragmento de la propia escalera.
Se trata de un rincón lleno de movimiento y tramoya
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En la cripta de la iglesia construida por Cortona, Algardi dejó dos exquisitos relieves sobre la muerte (era un ámbito funerario, sacralizado además por los restos de Santa Martina y otros mártires).
El primero nos narra el entierro de Cristo, un prodigioso catálogo sobre el silencio y la resignación que, con apenas unas pequeñas sugerencias arquitectónicas, crea su propio ámbito espacial.
El segundo (Cristo muerto ante el padre) es una lección magistral de cómo componer en diagonal sin perder armonía, con anatomías difícilmente suprables y una exquisitez de detalle y modelado asombrosa.
El lugar ha sido sacro desde tiempos antiguos.
Durante el período romano se adoraba en él a Giove Clitunno, dios de las fuentes y manantiales, al que se dedicaban las fiestas clituniales.
Tanto Caligula como Nerón acudían a la zona para tomar las aguas, Virgilio en sus georgianas o Plinio en sus cartas hablan con admiración del paisaje de la zona.
Para entonces las fuentes debían ser mucho más caudalosos permitiendo la navegación hasta la propia Roma, pero el terremoto del siglo V desvío gran parte de sus aguas subterráneas.
La zona siguió teniendo en la edad media un fuerte sentido sagrado tal y como demuestra la existencia de múltiples eremitorios y el famoso templo del que ya hablamos aquí.
El paisaje también fue glosado por el propio Byron o por Carducci , y ya en el siglo XIX fue reacondicionado en su forma y fauna actual con lago central.
Un lugar de una paz casi imposible y unos colores maravillosos.
Aunque su invención se atribuye a San Francisco (el famoso belén viviente de Greccio), la prueba material más antigua que conservamos los las pocas figuras que han sobrevivido del nacimiento que hiciera Arnolfo di Cambio en 1289, encargadas por el Papa Nicolás IV, y en la actualidad visitable en Santa María Maggiore(Roma)
Este escultor se había educado en el taller de los Pisano, convirtiéndose más tarde en arquitecto (Santa María de las Flores). Al igual que Giotto es un típico representante del prerrenacimiento que surgió en la Italia del Trecento.
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En 1634, Orazio Falconieri encargó a Pietro da Cortona en donde aparecían, por primera vez en el arte barroco, ventanas ocultas que iluminaban lateralmente el retablo.
La idea fue rediseñada por Borromini, y otra vez más por Cortona que encargó el proyecto a Raggi en la parte arquitectónica y a Cirro Ferri (siguiendo la línea de Algardi), un relieve del Bautismo.
Junto a la Columna Trajana, Sangallo el Joven realizó una de sus mejores obras.
Inspirada en las ideas de planta centralizada de Bramante y Leonardo da Vinci creó una pequeña iglesia de planta cuadrada al exterior y poligonal al interior que se cubre por medio de una espectacular cúpula, con una transición verdaderamente sutil entre los tres elementos geométricos.