22 mayo 2023
24 abril 2023
9 abril 2020
SEMANA SANTA EN SEVILLA. ESPERANZA DE TRIANA
Esperanza de Triana, 2019
Vicente Camarasa Domínguez
Todos los Derechos reservados
TODAS LAS FOTOGRAFÍAS
27 marzo 2020
SEMANA SANTA EN SEVILLA. Las tres caídas
Las Tres Caídas, 2019
Vicente Camarasa Domínguez
Todos los Derechos reservados
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12 marzo 2020
17 mayo 2019
SEMANA SANTA EN SEVILLA. Las tres caídas
Esperanza de Triana, 2019
Vicente Camarasa Domínguez
Todos los Derechos reservados
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23 noviembre 2018
SEMANA SANTA EN SEVILLA. LLUVIA EN LA MADRUGADA
Carrera Oficial. 2011
Vicente Camarasa Domínguez
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4 mayo 2018
29 marzo 2018
EL SILENCIO
Mucho se ha especulado sobre la autoría del Silencio, oscilando entre Francisco de Ocampo y Gaspar de la Cueva (acaso realizado por las cuatro manos, como ocurre, posiblemente, con el de la Carretería)
Realizado en los primeros años del siglo XVII, al parecer inspirado en un cuadro de Vargas, refleja una iconografía extraña para los ojos modernos pero sumamente habitual hasta el siglo XVII
En ella, Cristo abraza la cruz que tiene delante suya y no la arrastra, como luego será habitual.
La fórmula permitía una composición mucho más equilibrada (Cristo y cruz se contraponen en dos diagonales que general un triángulo más cercano al modo equilátero) a la vez que se le da un mayor protagonismo a la cruz que habríamos de vincular con el culto a la Vera Cruz del que ya hablábamos aquí. (Frente a ella, el nuevo nazareno con la cruz detrás potenciará los efectos dramáticos y generará una sensación de avance mayor en su salida procesional que será mucho más apreciada en el mundo barroco que se aleja de las teologías para volcarse en una visión más sentimental y dramatizada del hecho religioso).
Estéticamente, la obra pertenece a los últimos momentos del manierismo por su altura, apertura de la zancada (que se reducirá en el barroco) y canon esbelto.
También lo es su rostro, más pensativo que doloroso, de grandes y pesados párpados y una búsqueda incesante por el detalle (frente a la unificación plástica de los grandes maestros del barroco)
Todas estas características (más su peculiar forma de andar) genera una imagen más solemne que trágica que más que andar sobre nuestras cabezas, levita sobre su altísimo podio, encerrada en su propia burbuja de esplendor que fomentan los bordados delanteros de su túnica y la rica cruz de carey, brillante y pulida, apenas sin peso que más que maltratarlo, le sirve de apoyo (con todo el contenido doctrinal que esto conlleva)
FOTOGALERÍA ENLAZADA DEL IMAGINERO