Un nuevo sarcófago paleocristiano (posiblemente del siglo IV) muy distinto a los anteriores, tanto en simbología como talla.
Mucho más geométrico, recurre a una simetría estricta que cierran pilastras que contienen los estrigiles (símbolos de inmortalidad derivados del mundo clásico que los utilizaba para la limpieza de los atletas tras los juegos).
Sarcófago pagano con estrigiles. Roma
En su centro se nos muestra un perfecto catálogo de iconografía paleocristiana, con un crismón central (monograma de Cristo) rodeado de una lauda laurelada (símbolo de la victoria de Cristo a través de la muerte) de la que comen paloma (el espíritu) que se apoyan en los travesaños de la Cruz que cobija corderos (los cristianos).
Su talla a bisel sólo permite un mayor relieve en algunos elementos
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