7 septiembre 2013
EL SEPULCRO DE ANTONIO DEL CORRO EN SANTA MARÍA DE LOS ÁNGELES
En una capilla de Santa María de los Ángeles (San Vicente de la Barquera, Cantabria) se encuentra este fastuoso monumento funerario obra atribuida a Juan Bautista Vázquez ‘el Viejo’, discípulo de Berruguete.
El comitente fue clérigo y humanista que, obteniendo canonjía en la Catedral de Sevilla, viajó por numerosos lugares de Europa, realizando obras pías para su ciudad, como un hospital de pobres.
La obra es magnífica, realizada en mármol de Génova, fruto de un conocimieto del Quattrocento tardío (Rossellino, Maiano) poco frecuente en el Renacimiento español, más prisionero de los modelos yacentes, como pudimos ver en Gil de Siloé en la Capilla de Miraflores, Felipe Bigarny en Burgos o en las obras de Fancelli y Bartolomé Ordóñez de Cisneros en Alcalá, los Reyes Católicos en Granada o Coca.
Por el contrario, igual que sucede en el Doncel de Sigüenza, la figura aparece recostada y leyendo, con una cartela inferior que representa perfectamente el conciliato renacentista
EL QUE AQUÍ ESTÁ SEPULTADO NO MURIÓ, QUE FUE PARTIDA SU MUERTE PARA LA VIDA
La talla es verdaderamente exquisita, con una extraordinaria caida de paños, suave y elegante, que nos llevan de nuevo al último Quattrocento y su estilo dulce (Rossellino o Segtignano en Santa Croce), aunque con ciertos rasgos que ya nos anuncian las anatomías masivas de Miguel Ángel
Vicente Camarasa
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Una maravilla de escultura, para mí desconocida, o relegada al olvido tras verla en un libro, que el lo mismo. En mis perplos cántabros, hace ya bastantes años, nunca paré en San Vicente de la Barquera, de haberlo visto no lo habría olvidado.
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Comentarios por Hesperetusa — 8 septiembre 2013 @ 12:39
Excelente análisis y exposición
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Comentarios por Gabriel Porras — 4 diciembre 2020 @ 10:39