Todos estamos acostumbrados a imaginar a cristo como un hombre de mediana edad de pelo negro y largo y barba. sin embargo, no siempre fue así.
San Apolinar el Nuevo. Siglo VI. Ravenna
En los comienzos del Paleocristiano, a Cristo se le representa mucho más joven, casi como un adolescente, rubio incluso. Se le denomina como Cristo apolíneo
Mausoleo de Santa Constanza
Su nombre deriva del modelo clásico en el que se inspira: Apolo.
Y es que, entre los primeros cristianos, existieron múltiples préstamos de la iconografía clásica (como ya vimos en el Buen Pastor, también apolíneo), tomando formas pero también valores.
Apolo del Belvedere. Leocares. Siglo V a C
Se tomará de él su carácter solar (incluso en algunas representaciones aparecen rayos desde su cabeza) y sus características de sanador y oráculo (el famoso de Delfos).
Caja copta
Representación de Apolo como Sol Invictus en su biga en las puertas de un edificio cristiano (San Aquilino, Milán)
Baptisterio arrianos
Puede aparecer completamente desnudo (como en la imagen superior) o, normalmente, vestido con toga romana
San Aquilino. Milán
Poco a poco (en torno a los siglo V y VI), se comienza a abandonar esta imagen por la que ahora conocemos (barbado, sentado en el trono…). Es el llamado Cristo siriaco (por provenir de esta zona).
San Apolinar el Nuevo. Ravenna
Su imagen pronto se combinó con las formas entronizadas de los emperadores (como este famoso disco de Teodosio), dando origen a la iconografía del pantocrátor que ya analizamos aquí
Santa Prudenciana
La indefinición de modelos (arriba siriaco, abajo apolíneo) típica del siglo V, como puede verse en este mosaico de San Miguel in Afriscisco
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