
En las primeras representaciones del budismo (siglo I d C) es muy poco habitual la representación anatómica de la divinidad. Por el contrario, es común su evocación por medio de símbolos (el Turbante, el Árbol Bo, el Dharmachakra …)
Entre estos símbolos se encuentra el Buddhapada, recuerdo de las pisadas de Buda, que huye de lo propiamente narrativo para convertirse en una evocación, casi de una reliquia de su paso por la Tierra antes de alcanzar el nirvana.
Obsérvese la presencia de dos ruedas, las de la ley, y la esvástica, símbolo de la vida que se sucede eternamente
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