Palios

18 febrero 2015

TORRIGIANO Y SU SAN JERÓNIMO

Filed under: General — Etiquetas: , — vicentecamarasa @ 16:26

Seguimos buscando las fuentes del Renacimiento español en la escultura, y tras haber visto a Jácopo Torni y a Fancelli, tenemos que repasar la figura de Pietro Torrigiano.

De vida azarosa, se educó en el jardín de los Medicis en Florencia en compañía de Miguel Ángel. Cellini en su biografía cuenta que fue Torrigianio el que le rompió la nariz a Miguel Ángel en una pelea, dejándole chato, tal y como nos muestran los grabados de la época.

Su vida transcurrió por Roma, Siena, Amberes e Inglaterra antes de recalar en Andalucía en donde fue procesado por la Inquisición, dejándose morir de hambre en la propia cárcel.

Algo de su carácter violento lo podemos ver en esta magnífica terracota (barro cocido) policromada que nos muestra a San Jerónimo en oración.

Se trata de una versión (ya manierista) en donde la musculatura adquiere un lugar preponderante que, en el fondo, es una forma de expresión, la de la tensión de la oración que termina por trasladarse a su rostro anhelante.

Detallada hasta la extenuación en sus músculos y tendones que nos hablan de autopsias ocultas en el hospital de Florencia (a las que también fue asiduo Leonardo y Miguel Ángel) pero también de una forma de representar las privaciones y martirios propios del ermitaño que lleva una piedra en la mano para maltratar su carne y muestra un pecho y vientre escuálido, lejano de cualquier tipo de belleza.

Junto a lo anatómico, es destacable su composición, en forma serpentinata  y sumamente abierta (con una gran diagonal que va desde el pie retrasado al brazo del crucifijo, generando un movimiento que es pura expresión y lectura para el espectador), que casi está anticipando formas de Bernini.

Lo cierto es que su influencia (aunque delimitada al mundo sevillano) será enorme, y Martínez Montañés o Juan de Mesa no olvidarán su tensión muscular (e incluso su propia composición) para muchas de sus obras.

San Jerónimo. Martínez Montañés

Sin embargo, Torrigiano no fue sólo tensión. Os dejo una magnífica Virgen con Niño puramente cinquecentista (en belleza, reposo y monumentalidad) que también será básica para otras del barroco andaluz

Virgen de Antezana. Juan de Mesa

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