En el museo del Palacio del Infantado de Guadalajara he encontrado estos dos deliciosos grupos de la Roldana pertenecientes al monasterio de Soteprán.
Como ya analizó Berthold en un artículo de sdelbiombo, la escultora pasó de Sevilla Madrid, ocupando el cargo de escultora de cámara de Carlos II.
En este periodo su estilo se fue dulcificando y frente al gran barroco del XVII evoluciona hacia modos rococós (en ocasiones tildados como más femeninos) que tenían como referente a Alonso Cano.
Los tamaños se reducen, pues son objetos para la piedad privada, tanto laica como de los monasterios, y se dulcifican las formas y expresiones que se llevan al escenario de lo cotidiano (aunque bellamente idealizado) sin caer en los lujos y exotismo de los belenes napolitanos que analizamos aquí.
La técnica es terracota policromada, y como peculiar marca de estilo no hay más que observar las narices respingonas y el ondular de los cabellos hacia atrás de los ángeles
UN MAGNÍFICO ARTÍCULO SOBRE LOS NACIMIENTOS DE LA ROLDANA
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