San Pedro de Alcántara en éxtasis. Pedro de Mena
Más allá de una simple visión (que ya analizamos en el enlace), los santos contrarreformistas entran en un contacto directo con la divinidad de una forma corporal, sintiendo en su interior la presencia divina.
Éxtasis de San Bernardo. Odezzi. San Bernardo alle Terme
Se trata de un grado mucho mayor de unión con lo divino relacionado con el mundo místico que tanta importancia tuvo, especialmente en el siglo XVI.
Para el espectador (el fiel devoto para el que siempre se realizan estas obras), esta presencia de la divinidad en la esfera de lo humano se muestra como uno de los dones mayores que puede recibir un mortal, siendo, además, un prueba «inapelable» de la verdad revelada.
Éxtasis de San Francisco. Ribalta
Por una especie de fiebre el éxtasis apareció, no solamente como recompensa para su gran amor, sino como la prueba de su misión: la herejía no podía comunicarse con Jesucristo, se negaba a ver su faz luminosa, no escuchaba su voz. El éxtasis se convirtió en la más alta cima de la vida cristiana y en el supremo esfuerzo del arte
Emile Mâle
Estos éxtasis, incluso, llegan a producir efectos físicos, como el famoso corazón de San Felipe Neri, que se agranda y termina por fracturarle varias costillas
Éxtasis de San Felipe Neri. Copia de Guido Reni
Son los estigmas, que reproducen la pasión de Cristo.
Zurbarán. Visión de San Alonso Rodríguez
Otra tipología muy común en la época es la llamada mística nupcial responde a una tradición cristiana que interpretaba la relación del alma con el Sumo Bien según el modelo de la sensualidad erótica; su punto de partida está en el autor paleocristiano Orígenes, que al interpretar el Cantar de los Cantares identificó a Cristo con el Eros platónico (Santiago Sebastián)
Lo continuará San Bernardo, en cuya propia orden se gestará el modelo contrario, los matrimonios místicos con la Virgen, como esta tela de Orazzi en San Bernardo alle Terme
Una manera conforme (aunque sea paradójicamente) con el espíritu de la contrarreforma, que busca crear un canal de comunicación con el fiel, en este caso apelando a lo sensorial en su máxima expresión (la sexualidad) para comunicar el gozo máximo que supone la experiencia divina (así lo hará en su Subida al Monte Carmelo San Juan de la Cruz)
Hirióme con una flecha
enherbolada de amor,
y mi alma quedó hecha
una con su Criador
Santa Teresa de Jesús
Éxtasis de la beata Ludovica Albertona. Bernini
Uno de los temas más conocidos es el de Santa Teresa, que Bernini reconvirtió en obra siguiendo sus propias palabras.
Éxtasis de Santa Teresa. Bernini
«Más cuando este Esposo riquísimo la quiere enriquecer t regalar más (al alma), conviértela tanto en sí que, como una persona que el gran placer y contento la desmaya, le parece se queda suspendida en aquellos divinos brazos, y arrimada a aquel sagrado costado y a aquellos pechos divinos: no sabe más que gozar, sustentada con aquella leche divina que la va criando su Esposo» Santa Teresa de Jesús (Conceptos del amor de Dios)
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