Capilla del Condestable. Burgos
Es relativamente habitual encontrar en las portadas góticas (especialmente las más tardías) figuras tenantes (que sustentan un escudo) que aparecen velludos y con un gran garrote en las manos.
Pintura gótico mudéjar, finales del XIV. Castillo de Cirial
Se trata del hombre salvaje, una iconografía que se conoce en toda Europa (wildmen en inglés, en alemán wilder mann, en francés homme sauvage, en italiano huomo selvatico).
San Gregorio de Valladolid
Son seres al borde de la civilización, salidos de los bosques profundos, tal vez con un carácter apotropaico (de ahí su gran porra), que nos recuerdan el otro mundo que hay más allá de lo urbano y humanizado.
Catedral de Ávila
Tomado de wikipedia
En realidad, como ya comentaba Le Goff, se trata de un sentimiento de ambivalencia hacia lo natural del hombre de finales de medievo, atraído a la vez que repelido, seducido y asustado por esa otra parte de sí mismo que él ha conseguido domeñar a base de civilización.
Capilla del Condestable. Burgos
Palacio del Duque de la Roca. Mérida
Este sentimiento seguirá presente en la Edad Moderna con los gabinetes de maravillas y la popularización de los bufones que ya vimos aquí
Ribera. Barbuda
Tomado de wikipedia
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