Aunque la historia parece desmentirlo, la tradición cuenta que este fue el lugar en donde San Pablo pasó su cautiverio.
Este era bastante laxo, pues se trataba de un vivienda privada en donde era custodiado por un soldado, que lo amarraba a una columna por la noche.
La tradición cuenta que San Pedro le visitó en este lugar en donde también aparece la figura de San Lucas.
El lugar se convirtió en parte de un monasterio, construyéndose una iglesia en su parte superior, convirtiéndolo en cripta.
De esta ocupación sucesiva nos quedan restos de frescos románicos (VIII-XI)
Martirio de San Erasmo
Sobre ella, Pietro da Cortona realizará su espectacular pórtico.
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