
Santiago. Academia. Venecia
Activo en la segunda mitad del siglo XIV en Venecia representa el paso de la pintura bizantinante a los postulados del gótico internacional, demostrando el retardo de la laguna respecto a otras zonas italianas del centro de la Península en donde este tránsito se había operado a finales del duecento y primera mitad del Trecento.

De la herencia bizantina (heredada de su maestro, Paolo Veneziano) se destacan los fondos dorados y numerosas iconografías, como pueden observarse en el tríptico del Thyssen.

Frente a este aprendizaje su pintura evoluciona rápidamente hacia la sinuosidad y elegancia del Gótico internacional, quemando etapas, al saltar por completos las manieras giottescas y de Simone Martini

Anunciación. Academia. Venecia

San Pedro. Academia. Venecia
Sus figuras alargan el canon y rápidamente se incurvan.

Anunciación. Academia. Venecia
El claroscuro gana importancia para dar volumen a caras y manos mientras que fondos y vestuario se estetizan, multiplicándose las formas ornamentales en las figuras principales, mientras las secundarias hacen un estudio muy elaborado de las formas tridimensionales.


Del primer hieratismo se pasa entonces a una suave melancolía, tan típica del estilo y el gusto por las relaciones suaves de los personajes.

San Esteban. Academia. Venecia
Tal evolución, le pone en las mismas puertas del Gótico Internacional e, incluso, está avanzando rasgos que serán básicos en el Renacimiento

San Juan Bautista. Academia. Venecia

Academia. Venecia
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