En el bajo Imperio romano, especialmente en los siglos III y IV, se extendió desde Siria el culto al Sol que vence a las tinieblas tras el solsticio de invierno.
Se vinculó a las Saturnalia, celebrando su nacimiento el 25 de diciembre, cuando los días comienzan a crecer y el sol comienza a ganar la batalla a las tinieblas montado en su carro y con su cabeza llena de rayos solares
En estos siglos esta religión se fue fusionando con el mitraismo, celebrando el nacimiento de Mitra el 25 de diciembre.
Esta religión mistérica fue muy popular entre soldados y algunas clases acomodadas que veían en ella una comunidad de hermanos y un sentido trascendente (vida después de la muerte), y el cristianismo primitivo tomó muchas cosas de ella.
Cuando el cristianismo se permite (Constantino en el edicto de Milán), se comienza a celebrar la Navidad, y como en muchas ocasiones (noche de San Juan), el cristianismo la coloca sobre unas fiestas paganas (las Saturnalia y el nacimiento de Mitra) para desactivarlas.
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