Junto a los sepulcros en alabastro, Gil de Siloé y su taller realizó un enorme retablo para el ábside único de la iglesia de la Cartuja de Miraflores.
Enseguida nos llama la atención su organización, que supera las tradicionales calles y cuerpos típicos para crear una máquina conjunta que requiere otro tipo de lectura.
Toda la composición se encuentra centrada por un círculo superior creado por una corona de ángeles. En su centro se encuentra el Cristo crucificado sustentado por una curiosa Trinidad (con el Espíritu Santo como un hombre joven).
Espíritu Santo
Sobre la Cruz aparece un pelícano, símbolo del sacrificio de Cristo (según los bestiarios, este ave se llevaba a rasgar el vientre para dar de comer con su sangre a sus polluelos).
En la parte inferior aparece la Deesis.
Para completar el círculo, cuatro clípeos portan a los evangelistas.
En torno suyo, y con San Pablo y San Pedro como columnas, se encuentran también los doctores de la iglesia.
Ya en la parte baja vemos aparecer a Santa Catalina y a Santiago rodeados de escenas de la pasión de Cristo. En el sagrario existe un curioso mecanismo giratorio que permite adecuarse al tiempo litúrgico en distintos relieves.
Todo el conjunto nos muestra una fuerte influencia del taller (que hace de las figuras un conjunto con grandes diferencias de calidad), que deberíamos enmarcar en los finales del gótico, de una fuerte impronta expresionista, paños quebrados y, curiosamente, un profundo hieratismo en rostros y figuras, poco móviles. Vemos también el horror vacuii típico de la época
FOTOGALERÍA ENLAZADA DEL ESCULTOR
Es un inmenso retablo tardogótico, que aún no he podido ver.
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Comentarios por Hesperetusa — 4 julio 2013 @ 8:10
[…] magnífico relieve circular nos aproxima al estilo del maestro en la Cartuja de Miraflores, con una talla severa y profundamente geométrica (habitual en la madera) de raíces germánicas y […]
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Pingback por LA CIRCUNCISIÓN DE GIL DE SILOÉ EN LA CAPILLA DE LOS CONDESTABLES | Palios — 15 julio 2014 @ 5:18