En la iglesia del Sagrario, aneja a la Catedral, se conserva el más exquisito Niño Jesús que realizara Martínez Montañés.
Es el fruto depurado de una larguísima serie que tendría sus precedentes (sevillanos) en que ya realizara en el XVI Jerónimo Hernández para la Magdalena.
Talla completa y desnuda manifiesta es clasicismo del escultor, con un suave contraposto de sus piernas y sus caderas que se amplia en el amplio gesto de sus brazos.
El estudio anatómico, como siempre en el autor, es excelente, con un canon alargado en donde la musculatura de sus primeras obras (como vimos en su San Cristobalón) cede hacia un modelado más blando, potenciado por la policromía de Gaspar de Ragis
Elegante y dulce, su rostro se enmarca en el típico pelo montañesino, dando un toque de realismo a su cuerpo apolíneo.
Su influencia será tremenda, pues en él beberán Juan de Mesa, los Ribas, Cano…
La obra procesiona en el Corpus, como podéis ver en este vídeo
Iconográficamente pertenece al modelo contrerreformista del Salvator Mundi que ya vimos aquí
[…] nos muestra su versión más dulcificada (de la que indudablemente beberán los grandes del XVII : Martínez Montañés, Ribas, Juan de Mesa, Pedro de Mena…) en esta obra tardorrenacentista […]
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Pingback por EL NIÑO JESÚS DE JERÓNIMO HERNÁNDEZ. SEVILLA | Palios — 21 abril 2014 @ 8:08