Ya hemos el escultor (de origen francés) en este artículo.
Hoy queremos fijarnos en un relieve magnífico sito en la iglesia de San Ignacio (de la que ya vimos sus espectaculares pinturas murales del padre Pozzo).
Se trata del santo ya muerto y en la Gloria que Legrós coloca en el centro, de gran bulto, con la mirada baja y rodeado de ángeles en varios tipos de relieve.
Sus formas son suaves como corresponden al siglo XVIII, con una técnica depuradísima en la talla que frente al berniniano (y un tanto nervioso en sus pliegues y concepción geométrica) sigue las pautas iniciadas por Algardi y continuadas por Ferrata y Cafá, abriendo paso a la futura escultura en relieve.
Mucho más en la línea de Bernini tanto en su iconografía como estética se encuentra la tumba del papa Gregorio XV de la misma iglesia.
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