Éste es el primero de os grandes cristos del autor, el primero que sale de los tres sevillanos (junto a los Estudiantes y Montserrat)
Pese a lo temprano de su talla (1620) ya es una pieza maestra.
Como es sabido arranca de los modelos de Martínez Montañés aunque en una línea que desborda el naturalismo idealizado de su maestro para potenciar las formas realistas y anatómicas.
Representa ya la muerte consumada, con los rasgos de la cara ya afilados por la misma y el cuerpo vencido en su peso.
Esta posición le permitirá un increible estudio anatómico de la zona del tórax y los costados.
Resulta increíble el trabajo en trépano del pelo y la barba, muy carnosa (como lo es la propia musculatura) y que determina fuertes claroscuros (aunque un tanto desvanecidos por el barnizado brillante)
Sito en el Salvador de Sevilla, su estación de penitencia, negra y rigurosa, se realiza la noche del domingo de Ramos.
Os dejo os espectaculares videos. El primero versa sobre la talla, el segundo es su estación de penitencia
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[…] estos modelos de Cristo se inspirará directamente la obra de su colaborador, Juan de Mesa (Amor, Estudiantes, […]
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[…] un tiempo ya hablábamos en este sitio del Cristo del Amor; ahora le toca el turno al de la Buena Muerte, a mi juicio, el mejor de toda la serie de […]
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Pingback por EL CRISTO DE LA BUENA MUERTE. LOS ESTUDIANTES. JUAN DE MESA « Palios — 19 May 2012 @ 10:04