Ribera.
Como ya comentábamos en el artículo dedicado a las reliquias en el mundo barroco, el descubrimiento casi accidental de las catacumbas de Priscila y el posterior y exhaustivo estudio de Bosio sobre La Roma Subterránea, llamó la atención sobre el tema de los santos primitivos, especialmente de los mártires.
Rizi. Boceto para el martirio de San Ginés
Rápidamente la Iglesia contrarreformista utilizó estos mártires fueron utilizados como eje de una fuerte campaña de propaganda que, a partir de Trento, se libraba en las Guerras Religiosas.
Ribera. Martirio de San Felipe
Tomado de wikipedia
Se trataba de una hábil maniobra que identificaba la Iglesia primitiva, sometida a persecuciones, con la del siglo XVI, de nuevo atacada y perseguida, esta vez por «las hordas luteranas»
Claudio Coello. Martirio de San Juan Evangelista
En su génesis E. Male cita dos puntos culminantes.
Por una parte el mundo jesuita que «entrena» a sus novicios para los futuros martirios a los que les puede conducir su evangelización en tierras extrañas (como ya estaba ocurriendo en Inglaterra o Asia), creando grandes ciclos (aún en clave manierista) pintados por Pomarancio en San Estéfano Rotondo o en San Vital.
San Primo quemado vivo con antorchas mientras resiste la tortura cantando un himno
San Stefano Rotondo. Roma
Tomado de viajarconelarte.blogspot.com.es
Por otra parte, la monumental obra de Cesar Barionuis (Anales y posteriormente el Martiriologio Romano, del tercer tercio del XVI) darán el material necesario (tan lleno de anécdotas y sadismo) para los pintores
Con estos mimbres ( y como hemos visto en éxtasis y apoteosis) el mundo barroco explotará hacia el infinito el tema
Caravaggio. Decapitación de San Juan Bautista
Tomado de wikipedia
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