Tres grandes personalidades italianas servirán como puente entre la escultura renacentista italiana y España Doménico Fancelli, Torrigiano y Japoco Torni, el Florentino.
El primer de ellos se forma en Florencia, estableciéndose después de Génova.
Su primer contacto con España es el encargo que se le realiza el hermano menor de Diego Hurtado de Mendoza (una familia especialmente interesada por el Renacimiento a la italiana, como ya vimos aquí ) para el enterramiento del primer duque de Tendilla.
Tomado de wikipedia
Se trata de un gran arco de triunfo cuajado de exquisitos grutescos al modo quatrocentista (Rosselino) aunque con unas proporciones arquitectónicas y una valoración del cuerpo humano ya muy cercana a la masividad del Cinquecento.
Tras el éxito obtenido serán de nuevo los Mendoza los que le acerquen al mundo de la corte con el encargo del enterramiento del hijo de los Reyes Católicos, el príncipe Juan, en Ávila.
En esta ocasión Fancelli preferirá el modelo de túmulo exento (tomado de la tumba de Sixto IV realizada por los Pollaiolo) que terminará triunfando.
Con sus paredes en talud desarrollará una espléndida decoración en relieve que fijará el modelo, con sus habituales grifos en las esquinas y figuras religiosas (Virgen y virtudes teologales) enmarcadas en tondos y vanos avenerados.
Su obra maestra la realizará de nuevo para los Reyes Católicos, su tumba en la Capilla Real de Granada, en donde añadirá fineza al modelo ya establecido de muros en talud (esta vez dividido en dos pisos)
La talla de las figuras principales es espléndida, majestuosa pero sin renunciar al detalle menudo, y es perfecta para comparar con las que hiciera, una generación antes, Gil de Siloé en la Cartuja de Miraflores, para entender los cambio entre el gótico final y el Renacimiento pleno
Tomado de wikipedia.
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