Juan de Mesa. Gran Poder
Junto al Crucificado, el Nazareno será la iconografía omnipresente en las cofradías penitenciales.
Nazareno de Sisante. La Roldana
Se trata de una figura que se desgaja del relato evangélico de la Pasión (muy habitual ya en el mundo gótico) para presentarse de forma aislada (como es habitual en la zona andaluza frente a la castellana, más proclive a realizar escenas) y prevista para procesionar.
En un primer momentos los encontramos de talla completa pero rápidamente se comienzan a vestir o directamente se tallan sólo pies, brazos o cabeza (candelero), cubriéndoles con una túnica morada.
Posiblemente, el primer gran ejemplo de este nuevo nazareno fuera el que realizara Pablo de Rojas para Priego de Córdoba.
En su iconografía podemos encontrar diversas variantes.
El más habitual es Aquel que porta una cruz y simula estar andando camino al Calvario.
Curiosamente, la posición tradicional de la Cruz hasta el siglo XVII será por delante de Cristo, que más que portarla, la abraza, como podemos aún observar en el Silencio.
Nazareno del Silencio
Tanto la forma de la cruz, perfectamente cortada y pulida, como su relación con la figura (mucho más relajada que la posterior composición) habla más de un culto a la Cruz (la Vera Cruz) que al carácter penitencial que adquirirá en el barroco, enfatizando el dolor y el esfuerzo físico para generar una empatía con el espectador.
Pasión. Martínez Montañés
En ese sentido de potenciar el patetismo de la imagen se genera el modelo de las Tres Caídas, que nos hablan de la fragilidad de lo humano ante el castigo insoportable, haciendo una reflexión sobre los límites del sufrimiento y la resignación que Cristo enseña ante los reveses de la vida, como ya veíamos en los Cristos de la Paciencia.
Nazareno de las Penas de San Vicente. Pedro Roldán
Tres Caídas de Triana.
La aparición del Cirineo que ayuda a Cristo profundiza en la empatía de la imagen, vinculando al espectador a los sufrimientos de la Pasión
El abuelo, Jaen
El Cirineo. Ruiz Gijón
Otra versión del nazareno será la de cautivo, en el que se nos muestra erguido y con las manos atadas sobre el vientre, que bien podría referirse a Cristo a la espera de su juicio, escena posterior al prendimiento y anterior a la flagelación. (Muchos obras, al estar articulada, permiten ambos estados, como el Gran Poder o Pasión)
Cristo de Medinaceli. Madrid
Jesús el Pobre
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